Soy un lazarillo en el Medioevo que espera, obediente, un poco de pan o carne asada.
Soy la carne que se proteje.
Soy un manto que cubre a toda la humanidad.
Soy la tierra, el vino, la música, los astros, la comunión, la alegría, la muerte y la vida, unidas para siempre, una vieja embarazada, un niño muerto, una plaza, un gordo que se atiborra, una escultura de Iglesia, un sol de justicia, una noche de secreto.
Soy el cosmos y la algarabía
de un momento eterno.