Soy el dragón alado de mi deseo,
que vuela, vuelve y permanece.
Cuando se apagan los miedos
y resplandece, se reaviva,
como si hubiera estado apagada,
la llama de mi querer,
faro solitario,
topos hermoso.
La tragua de una constante lucha
entre mis decoros
y mis groserías.
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