viernes

Asunción de la poesía

I

Yo me nazco, yo misma me levanto,
organizo mi forma y determino
mi cantidad, mi número divino,
mi régimen de paz, mi azar de llanto

Establezco mi origen y termino
porque sí, para nunca, por lo tanto.
Soy lo que se me ocurre cuando canto.
No tengo ganas de tener destino.


Mi corazón estoy elaborando:
ordeno sufrimiento a su medida,
educo al odio al amor lo mando.


Me autorizo a morir sólo de vida.
Me olvidarán sin duda, pero cuando
mi enterrado capricho lo decida.


II


Me siento responsable del rocío
por mi culpa la piedra está callada,
comparto la velocidad del río
tengo la obligación de la alborada


Me importa demasiado el mundo, ansío
su condición de lágrima y espada
Nada sucede en su transcurso, nada
que no pase primero por el mío.

Sepan que por el viento me suicido,
que me atribuyo el mar y que concedo
a un tribunal de lluvia mi latido.

Asumo el día y cumplo sus deberes.
Vivo la ira de los hombres, puedo
amar con el corazón de las mujeres.


III

-Pájaros , necesito con urgencia
disimular mi nada . Necesito
ser la continuación de mi presencia,
sobrevivir en desatado grito.

Me da vergüenza el infinito,
me humilla la sagrada permanencia.
Queriendo desafiarlas me repito
en obras de amorosa trascendencia.

Canto, desesperadamente, canto
con voz de tinta y letra de agonía.
rota por dentro, loca por fuera.

Me duele ya la eternidad de tanto
predecir con furiosa rebeldía:
-“Mañana cantará mi calavera ”.



M.E.W

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo leí mil veces. Alguna vez las palabras se silenciaban mientras las leía, me dejaban vacía. Otra veces me penetraron hasta retumbarme y otras se intercalaron en mis sueños. Es bello, es mutante, es sincero. La amo.